Siempre escuchamos que fumar hace daño a los pulmones y al corazón, pero también tiene graves consecuencias para tu cerebro. Tanto el consumo de cigarrillos como el vapeo perjudican no solo tu salud física, sino también tu bienestar mental y emocional. Además, el tabaquismo tiene un costo económico gigante que impacta en toda la sociedad. En esta nota te contamos cómo.
Cada pitada de un cigarrillo convencional contiene más de 7.000 compuestos químicos, muchos de ellos altamente tóxicos y cancerígenos. Entre ellos se encuentran el cadmio (que se usa para fabricar baterías), arsénico, y sustancias radiactivas como el uranio. También tiene derivados del petróleo como el alquitrán y elementos químicos venenosos como el cianuro.
Fumar y vapear no solo dañan tu cuerpo. La nicotina, que es la sustancia presente en ambos productos, afecta áreas cognitivas como la memoria, la concentración y el aprendizaje. Su consumo está relacionado con problemas para enfocarte, recordar cosas e integrar conocimientos. De esta manera podría afectar tu rendimiento en el estudio y en el trabajo.
Además, investigaciones realizadas en estudiantes universitarios encontraron que el consumo de estos productos interfiere con el sueño. Quienes fuman o vapean, tienen más probabilidades de sufrir insomnio o sentir somnolencia durante el día, ambos problemas causados por la dificultad para respirar correctamente y por los efectos de la nicotina.
La nicotina deteriora el cerebro de les adolescentes aun más: las investigaciones demuestran que quienes empiezan a fumar o vapear a una edad temprana tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas cognitivos y psiquiátricos, y de abusar de otras sustancias. Mientras menor es la edad, más vulnerable es un cerebro en desarrollo. La exposición prolongada a esta sustancia hace que tu cerebro desarrolle una dependencia, dificultando la transmisión de dopamina (¡una de las hormonas de la felicidad!) y desregulando las neuronas que procesan las emociones. Como resultado, se amplifican los niveles de estrés y se dificulta el desarrollo de estrategias saludables para lidiar con situaciones difíciles.
Y no, fumar no ayuda cuando tenés ansiedad o estrés. Aunque al principio puede generar una sensación de calma, la nicotina genera dependencia y adicción, haciendo que tu cuerpo la necesite cada vez más y más. Cuando volvés a consumir, solo estás temporalmente aliviando la abstinencia. Muchísimos estudios confirman que esta sustancia genera todavía más estrés y ansiedad, incluso sumando probabilidades de sufrir problemas como depresión, baja autoestima o tendencias suicidas.
Fumar ocasionalmente o diariamente también se relaciona con síntomas de impulsividad e hiperactividad, en comparación con personas que no consumen estos productos. Las investigaciones demuestran que el uso de cigarrillos electrónicos genera más posibilidades de padecer el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), estrés postraumático y trastornos del juego. Además, mientras más usás el vapeador, más se aceleran los síntomas.
Los costos que genera el consumo de tabaco no se limitan solo a las personas que fuman, sino que impactan en el sistema de salud y en toda la sociedad. De acuerdo con la OMS, el consumo de tabaco le cuesta al mundo cerca de 1.4 billones de dólares cada año (5 veces la fortuna del hombre más rico del mundo) y en Argentina, también estamos pagando directa o indirectamente la carga económica gigantesca generada por el tabaquismo.
Un estudio realizado por el IECS en 2022 con la colaboración de FIC Argentina y la Universidad de Adolfo Ibañez, reveló que para el año 2022, el costo económico total del tabaquismo ya había superado los $1.5 billones de pesos, Esta cifra incluye:
En 2022 la recaudación impositiva por la venta de cigarrillos apenas cubrió el 16% de los costos económicos que provoca el tabaquismo al sistema de salud y la sociedad. Es decir que lo que el Estado gana con los impuestos al tabaco no alcanza para cubrir ni un quinto de lo que gasta en tratar las enfermedades relacionadas con el tabaquismo. ¿Es justo que un producto tan dañino y que solo beneficia a las tabacaleras nos cueste tanto como país? Imaginate lo que podríamos hacer con ese dinero si no tuviéramos que gastar tanto en problemas de salud evitables.
desigualdades, ya que afecta más a la economía de las personas y familias de menores ingresos. Los costos por persona representan más de un 35% de los ingresos en los sectores socioeconómicos más vulnerables, frente al 5,4% de los ingresos de los más ricos. Así, se crea un ciclo constante de pobreza y enfermedad que perjudica a toda la sociedad.
Además, el tabaquismo es un problema que agrava las desigualdades, ya que afecta más a la economía de las personas y familias de menores ingresos. Los costos por persona representan más de un 35% de los ingresos en los sectores socioeconómicos más vulnerables, frente al 5,4% de los ingresos de los más ricos. Así, se crea un ciclo constante de pobreza y enfermedad que perjudica a toda la sociedad.